La cuarentena ha representado un desafío para la humanidad entera desde todo punto de vista, la reinvención ya no es una opción a la que algunos se aventuraban a tomar, ahora es una norma imperante que se debe tomar para poder adaptarnos a la nueva realidad que enfrentaremos en los próximos meses.

Pero el desafío va mucho más allá de no poder salir para prevenir el contagio de coronavirus, el confinamiento representa todo un reto para nuestra mente y nuestro cuerpo, que han sido los primeros afectados por esta medida al tener que adaptarse a una nueva rutina que no era a la que estaban acostumbrados.

Estos cambios han tenido un impacto directo en la capacidad física de las personas alrededor del mundo, por lo que se ha vuelto común ver mensajes en redes sociales en los que comentan sobre un aumento en la sensación de cansancio y aturdimiento a nivel general, el cual se ha visto reflejado en cosas tan puntuales como la alteración de los ciclos del sueño.

¿Cuál es realmente esa sensación de “aturdimiento” o cansancio prolongado?

De acuerdo con la Dra. Natasha Bijlani, una psiquiatra en el Priory Hospital Roehampton, el término médico para estas sensaciones es “inercia del sueño”, una fase entre el sueño y el despertar que es cuando el individuo no se siente despierto del todo, según reseña Independent.

“Las personas afectadas se sienten somnolientos y tienen dificultad para pensar con claridad y se sienten desorientados por un período de tiempo luego de haberse despertados”.

Matthew Walker, profesor de neurociencia y psicología en la Universidad de California y autor de Why We Sleep, compara la manera en cómo el cerebro se despierta con un motor viejo, afirmando que la inercia del sueño ocurre cuando “el cansancio aún están rondando en el cerebro”.

“No puedes sencillamente encenderlo y conducir rápido, necesita un tiempo de calentamiento para que pueda funcionar como debe”.

La razón por la que una persona pueda estar experimentando estas sensaciones podrían atribuirse a múltiples factores de acuerdo a Walker: dormir a deshoras (bien seas un noctámbulo o un fanático de la mañana), no dormir las horas necesarias, no gozar de una buena calidad del sueño por problemas relacionados a ello (ronquidos, insomnio, etc…).

Si bien estos factores pudieran indicar el motivo por el que una persona experimenta con más regularidad esa sensación de “atolondramiento”, eso no clarifica del todo el aumento de este comportamiento durante el confinamiento.

No se puede pasar por el alto el aumento en los niveles de ansiedad debido al consumo excesivo de noticias, especialmente debido al énfasis que se hace en las cifras de fallecidos y contagiados durante la pandemia. Esto de acuerdo a los especialistas, da una sensación de catástrofe sin solución que afecta directamente tanto en al salud mental como en el estado anímico de las personas.

Otra de las razones para explicar este fenómeno que se ha dado durante el confinamiento es precisamente la poca exposición al sol que tienen las personas, lo que incide directamente en la capacidad de respuesta de las ante cualquier estímulo, así lo explicó el profesor Carlos Espie, docente de medicina del sueño en la Universidad de Oxford.

“A medida que nos acercamos al período de sueño, obtenemos un aumento de una hormona llamada melatonina, que se expresa durante el sueño, justo antes de dormir y durante el sueño. La melatonina reduce su expresión hacia la mañana y se apaga con la luz, de modo que si las personas no se exponen a la luz por las mañanas como lo hacen normalmente cuando van a la escuela o al trabajo, es probable que tengan una mayor propensión a la somnolencia, especialmente a media mañana”.

¿Qué se puede hacer al respecto?

Gran parte de los especialistas consultados por Independent concuerdan en que es importante que las personas se establezcan una rutina para que la mente se mantenga ocupada, adecuada a las necesidades de sueño que tenga cada persona en particular, para que así tenga la suficiente energía para cumplirla.

El profesor Espie recomienda que las personas deben buscar alternativas para poder recibir luz solar por un periodo de tiempo durante el día, especialmente en la mañana para que el cuerpo reciba toda la energía para realizar cualquier actividad que se tenga establecida dentro de la rutina.

En este sentido también comentan que el sueño no debe ser una cosa forzada, que debe ser un proceso natural y una respuesta automática del cuerpo al sentir cansancio luego de un día lleno de actividades.

Otras de las recomendaciones que sugieren es el desconectar los dispositivos tecnológicos una hora antes de dormir para realizar actividades relajantes como meditar, tomar un baño caliente, leer, para de esta forma ir descansando la mente antes del sueño profundo.

Es importante destacar que si bien todas estas recomendaciones se hacen a nivel general, está claro que cada persona es distinta y que por ende no todas van a funcionar para todo el mundo, por lo que es necesario que se tomen las que se adapten a las necesidades de cada quien.

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