
Vivian Jenna Wilson afirma que “es un relato muy cómodo” decir que Musk giró más a la derecha “porque soy una puta trans”
Vivian Jenna Wilson, una joven de 20 años originaria de Los Ángeles, podría parecer a primera vista como cualquier otra persona de su generación: pasa horas en Discord con sus amigos, disfruta de RuPaul’s Drag Race, la música de Chappell Roan y, como muchos jóvenes, tiene una relación complicada con su padre. Sin embargo, no todos los padres son Elon Musk, el hombre más rico del mundo, una figura omnipresente en los medios y en la política estadounidense. Aunque Vivian está oficialmente separada de su padre desde que se declaró como trans en 2020, su nombre sigue estando ligado al de Musk, pero no por ser una nepo baby tradicional, sino por su decisión de reclamar su propia identidad y voz en un mundo que a menudo intenta definirla a través de su famoso apellido.
En una entrevista concedida en julio de 2024 al periodista conservador Jordan Peterson, Musk habló de Wilson y dijo que había sido “asesinada por el virus mental woke” y que, por lo tanto, estaba muerta para él. Naturalmente, Wilson se le fue encima en redes sociales, y podemos decir que desde entonces ha construido una presencia en línea que la distingue como una figura independiente y auténtica. Con un humor ágil y una personalidad vibrante, ha acumulado casi un millón de seguidores en redes sociales como Threads, Bluesky e Instagram. Aunque inicialmente evitó hablar con los medios, recientemente ha comenzado a compartir su historia, desmintiendo las narrativas que su padre y otros han construido sobre ella. Esta semana ofreció su primera entrevista a Teen Vogue, en la que reveló que Musk no ocupa espacio en su mente: “No, no es así. De verdad que no. Es decir, veo cosas sobre él en las noticias y pienso: Eso es jodidamente espeluznante, probablemente debería publicar sobre esto y denunciarlo, lo que he hecho unas cuantas veces”.


Agregó: “Lo del saludo nazi fue una locura. Cariño, vamos a llamar a un higo un higo, y vamos a llamar a un saludo nazi lo que era. Esa mierda fue definitivamente un saludo nazi. La multitud es igualmente culpable, y siento que la gente no está hablando de eso. Esa multitud debería ser denunciada. Pero aparte de eso, me importa una mierda. De verdad que no. Me molesta que la gente me asocie con él. Simplemente ya no me importa”.
En la conversación reveló la reacción de Musk a su salida del armario como trans. “En primer lugar, hacía meses que no hablaba con él, así que tuve que conseguir el puto consentimiento paterno para que me diera bloqueadores de testosterona y terapia hormonal sustitutiva”. Dijo que en 2020 “tenía constantes crisis mentales en mitad de las clases. No podía pasar de un día para otro. No quería levantarme, no quería hacer nada. Sólo quería pudrirme, más o menos. Era como, no puedo seguir haciendo esto. Si sigo en el armario, esto me va a llevar por un camino muy destructivo”.
A pesar de su enemistad con su padre, Wilson se ha mantenido muy unida a su madre, Justine Wilson. “Me ha apoyado en las decisiones que he tomado en la universidad, en lo de ser pública. Me dijo: ‘Bueno, no puedo impedírtelo, así que da igual’. ¿Le estresa? Sí. Pero al final le parece bien”, afirma Wilson. La relación de la joven de 20 años con sus hermanos y hermanastros, sin embargo, es más compleja. “Voy a decir que en realidad no sé cuántos hermanos tengo, si se incluyen los medio hermanos. Es sólo un dato curioso”. También dice que ni ella ni su mamá “se mantienen al día con ese lado de la familia porque… no”, refiriéndose al lado de Musk.
“Es un patético hombre-niño. ¿Por qué debería tenerle miedo? Ohhh, tiene tanto poder. No, no, no. Me importa una mierda. ¿Por qué debería tener miedo de este hombre? ¿Porque es rico? Oh, no, estoy temblando. Ooh, temblando en mis botas aquí. Me importa una mierda cuánto dinero tenga alguien. No me importa. De verdad que no. Es el dueño de Twitter. Bien, felicidades. Felicidades”, agregó. “La gente prospera con el miedo. No voy a darle a nadie ese espacio en mi mente. Lo único que puede vivir libre en mi mente son las drag queens”.


A la pregunta de si su padre siempre ha sido… así, Vivian deja claro que sus opiniones no se deben a ella. “Es un relato muy cómodo, que la razón por la que se ha vuelto de derechas es porque soy una puta trans, y eso no es así. Eso no es lo que le hace a la gente. Que se haya ido más a la derecha, y voy a usar la palabra ‘más’ — asegúrate de poner ‘más’ ahí — no es por mí. Eso es una locura”. Afirmó que no habla con Musk desde 2020: “Eso fue hace casi media década en este punto. Gracias a Dios”.
¿Y lo del “virus mental woke”? “Soy de izquierdas, no marxista. Me describo a mí misma por las cosas en las que creo personalmente y las cosas que me parecen bastante de sentido común, si lo piensas durante más de dos segundos. Creo en un ingreso universal. Creo en la asistencia sanitaria gratuita. Creo que la comida, la vivienda y el agua son derechos humanos. (…) Creo que los trabajadores deben recibir una remuneración justa por el trabajo que realizan, y no creo que la riqueza deba ser acaparada por esos megamillonarios que constituyen el 1% más rico, que sólo velan por sus propios intereses. He conocido a algunos de esos multimillonarios: no son muy buena gente. No creo que ninguno de ellos lo sea”.
En cuanto a planes futuros, continuará en la universidad (en la actualidad estudia idiomas en Tokio, y además de inglés, habla francés, español y japonés), pero no descarta el modelaje, o convertirse en streamer de Twitch, o dedicarse a una de sus pasiones: el drag. “Me interesa mucho el drag. Me encanta el drag. Aprecio mucho esta forma de arte y me encantaría participar alguna vez en la escena de Los Ángeles. Ganar un concurso de drags está en mi lista de deseos”.
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