
Una mirada obsesiva y voyeurista al interior del apartamento de Andy Warhol
Miles de páginas han sido escritas sobre The Factory, el estudio del icónico artista Andy Warhol, en donde no solamente creaba sus famosas impresiones, esculturas, películas y sesiones de fotos, sino que servía como el centro cultural y social de algunas de las figuras más reconocidas del universo de Warhol, un ménage de actores porno, drag queens, socialités, drogadictos, músicos y librepensadores conocidos como las Warhol Superstars. Estos “artesanos” lo ayudaron a crear sus pinturas, protagonizaron sus películas y crearon la atmósfera por la cual The Factory se volvió legendaria.
Pero poco se sabe acerca del verdadero hogar de Warhol. Su lugar más íntimo, donde comía, dormía, y escondía sus 610 cápsulas de tiempo: era una casa de unos 750 metros cuadrados localizada en East 66th street, y en donde el artista vivió desde 1974 hasta su muerte en 1987. En 1988, poco después de la muerte del artista, Fred W. Hughes, socio comercial y ejecutor de Warhol, y la Fundación Andy Warhol para las Artes Visuales le ofrecieron al fotógrafo David Gamble la asignación de su vida: fotografiar y documentar la residencia privada exactamente como Warhol la había dejado.
Ya que el inner sanctum de Warhol era poco conocido por el público (el artista no solía recibir visitas prefiriendo su estudio para ello), las fotografías se convirtieron en un objeto de fascinación voyeurista para sus fans, quienes comenzaron a obsesionarse con los pequeños detalles, la miscelánea que podía verse por doquier, desde el lugar donde lavaba los platos hasta el gabinete de medicinas ubicado en su baño, y que representa una de las fotos más conocidas del set de fotos.

Andy Warhol’s House. Fotografía: David Gamble.

Andy Warhol’s House. Fotografía: David Gamble.
Todas las posesiones fotografiadas iban a ser vendidas en una subasta de Sotheby’s en 1988, así que valía la pena catalogarlas, pero pocas imágenes causaron tanta fascinación como la de los productos de higiene y cuidado personal encontrados en el baño: de hecho, unos años después, la foto se vendió por $ 25,000 en una subasta, y ahora reside en la colección permanente del Museo Andy Warhol.
“Lo que hice fue convertir a la gente en voyeur. Los baños son muy privados: allí es donde se encontrarán su crema depilatoria, su vaselina, sus labiales, su crema de broncear y cualquier dolencia o problema de la piel que tenga. Esa es probablemente la razón por la que a la gente le encanta tanto el gabinete”.
Entre sus objetos más preciados estaban su peluca y sus lentes entre dos esculturas egipcias, decenas ce cintas en VHS, esculturas al estilo griego, pop art, un crucifijo que le regaló Salvador Dalí y miles y miles de regalos, pero también de pertenencias mundanas que tan solo por ser de él terminaron vendiéndose por cientos o miles de dólares. Hoy en día, la casa se vende por unos 20 millones de dólares, y sus pertenencias se han dispersado, redistribuido a coleccionistas, familiares, buitres y otros posiblemente hayan terminado en el basurero.

Andy Warhol’s House. Fotografía: David Gamble.

Andy Warhol’s House. Fotografía: David Gamble.
Aunque si somos honestos, teniendo en cuenta cómo sus obsesivos seguidores fanáticos siguen revisando los productos de su baño en la famosa fotografía y analizando botellas, los frascos y tubos con el mismo respeto que una de sus latas de sopa Campbell, es posible que alguien aún mantenga sus vitaminas B12 o sus cremas hidratantes de Clinique.

Andy Warhol’s House. Fotografía: David Gamble.

Andy Warhol’s House. Fotografía: David Gamble.

Andy Warhol’s House. Fotografía: David Gamble.

Andy Warhol’s House. Fotografía: David Gamble.
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