El presidente estadounidense Donald Trump pidió la renuncia inmediata del director ejecutivo de Intel, Lip-Bu Tan, por lo que describió como un “grave conflicto de intereses”. La solicitud la hizo pública el 7 de agosto a través de un mensaje en su red social Truth Social, en el que afirmó: “El director ejecutivo de INTEL tiene un grave CONFLICTO DE INTERESES y debe dimitir inmediatamente. No hay otra solución a este problema. ¡Gracias por su atención!”. Trump no ofreció detalles ni pruebas sobre los posibles conflictos.

Esta declaración siguió a una carta enviada por el senador republicano Tom Cotton, quien cuestionó a la junta directiva de Intel sobre los vínculos del CEO con China, incluyendo inversiones en empresas de semiconductores chinas y compañías con conexiones con el ejército chino. Cotton expresó su preocupación sobre si estos lazos podrían afectar la seguridad nacional de Estados Unidos y la capacidad de Intel para manejar fondos públicos, dado que la empresa ha recibido casi USD $8.000 millones bajo la Ley de Chips y Ciencia para fomentar la fabricación de semiconductores en el país.

Intel respondió afirmando que tanto la compañía como Lip-Bu Tan están comprometidos con la seguridad nacional de Estados Unidos y la integridad de su papel en el ecosistema de defensa del país. Aunque la empresa no comentó de inmediato sobre la publicación de Trump, aseguró que abordaría las preocupaciones planteadas por Cotton. Tras el mensaje de Trump, las acciones de Intel cayeron en la apertura de los mercados en Nueva York.

Lip-Bu Tan, de 65 años, asumió el cargo de CEO de Intel en marzo de 2025, reemplazando a Pat Gelsinger. Tan es un veterano del sector tecnológico y del capital de riesgo, conocido por su liderazgo previo en Cadence Design Systems y por haber invertido considerablemente en empresas tecnológicas chinas, incluyendo algunas con vínculos militares, lo que ha generado cuestionamientos sobre posibles conflictos de interés. Durante su gestión en Cadence, la empresa se declaró culpable de violar controles de exportación al vender productos a una universidad militar china.

Intel es una pieza clave en la estrategia de Estados Unidos para revitalizar su industria de semiconductores y reducir la dependencia extranjera, especialmente en el contexto de la creciente rivalidad tecnológica con China. La empresa cuenta con una inversión de alrededor de USD $100.000 millones en Estados Unidos, con proyectos en varios estados como Arizona, Nuevo México, Ohio y Oregón, destinados también a fortalecer la producción para el ejército estadounidense.

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