Sam Altman dice que Hayao Miyazaki tiene que “superarlo” y aceptar la IA

El CEO de OpenAI, Sam Altman, desestimó esta semana las críticas del cofundador de Studio Ghibli, Hayao Miyazaki, quien en 2016 calificó una animación generada por IA como “perturbadora” y “un insulto a la vida misma”. Las declaraciones de Altman surgieron durante una entrevista con el tecnólogo Arun Mayya, luego de que OpenAI lanzara un generador de imágenes que imita el estilo de Ghibli, generando controversia por su falta de originalidad y por copiar sin ningún tipo de vergüenza el trabajo de estos artistas.
Frente a las inquietudes de Mayya sobre el impacto de la IA en el arte, Altman afirmó que el “intercambio vale la pena”. El ejecutivo argumentó que, décadas atrás, crear videos era casi “imposible” debido a las limitaciones tecnológicas, ignorando que el cine ya existía y la edición también, no solo en televisión, sino con herramientas como cámaras VHS y otros formatos.
Altman insistió en que, hace 30 años, hacer videos requería “equipos complicados” y distribución física, omitiendo que internet ya existía y facilitaba el aprendizaje y la difusión. Sus declaraciones fueron recibidas con escepticismo, ya que muchos recordaron la accesibilidad de la tecnología audiovisual incluso en los años 90.
El CEO defendió que herramientas como la IA permiten a cualquiera con un smartphone compartir ideas, “beneficiando a la sociedad”. Sin embargo, no explicó cómo la imitación de estilos artísticos, como el de Ghibli, contribuye a la innovación en lugar de replicar fórmulas existentes. Aunque Altman promueve la IA como un avance democratizador, gran parte de su producción actual consiste en imitaciones sin originalidad.
Miyazaki, considerado uno de los ilustradores más influyentes, ya había alertado sobre el peligro de perder la esencia humana en el arte, y parece que tenía razón. Por lo que vemos, las respuestas de Altman parecieron más un lugar común que una reflexión sólida. Mientras él celebra la accesibilidad tecnológica, muchos artistas siguen cuestionando si la IA realmente enriquece el arte o simplemente lo diluye.
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