CERRAR

Gracias por leer nuestros informes. El periodismo independiente no se financia solo. Necesitamos de tu apoyo con una contribución, ya sea grande o pequeña. No importa en qué parte del mundo estés.

Mental Health
¡Espera un poco!
Read and listen
Ayy, close that door, we blowin' smoke
Album Reviews

Harry Styles

Harry's House

Portada del álbum "Harry's House" de Harry Styles.
8
Words Mirangie Alayon

Harry Styles es un fenómeno. Un rompedor de normas y maestro de la auténtica autodramatización: si le damos un vistazo al cosmos del mundo del pop, no es ningún secreto que a la mayoría de este mundo musical le gusta producir música mediocre, poco inspirada y mucho menos innovadora. Sin embargo, aunque Harry es parte integrante de este mundo, consigue como nadie salirse regularmente de esta superficialidad y hacerla olvidar de forma creíble en el contexto de su obra. Harry y su aura son tan extra, tan diferentes, tan misteriosos, tan artísticamente elaborados, que al cabo de un rato siempre puedes ser presa de la ilusión de que no forma parte de este mundo lleno de marketing e imágenes perfectamente construidas.

Con el lanzamiento de As It Was algunas semanas atrás, nos ofreció el único abrebocas de un single oficial antes de la llegada de su tercer álbum, Harry’s House. Con una nueva visión realista y sin que le ciegue ningún bombo, el disco finalmente abrió todas sus puertas y llegó el momento de entrar, ya que antes sólo habíamos podido echar un vistazo a través de la ventana. La tercera producción en solitario de Styles es su más ambiciosa hasta los momentos: es más coherente, pero al mismo tiempo también más personal. Esto último se demuestra después de unos pocos segundos de comenzar a escuchar: Green eyes, fried rice / I could cook an egg on you es el mensaje de bienvenida de Harry en Music For A Sushi Restaurant, mientras una línea de bajo infecciosa, unos toms gigantescos, unos metales eufóricos y unas armonías vocales celestiales llenan poco a poco su espacio personal de despreocupación y ambiente de baile.

Más sensible, pero no menos funky, es Late Night Talking, que combina un mensaje melancólico con un instrumental que te impide pasar un segundo sin asentir con la cabeza seguir el ritmo. El álbum continúa con una atmosférica Cinema, en la que resuenan con fuerza la batería disco, las guitarras funk, una línea de bajo saltarina y muchos pequeños fragmentos de sonido, y cada tres frases vienen acompañadas de una alusión sexual. Aunque la casa de Harry siempre es divertida como álbum, también contiene elementos que lo elevan de un disco de pop unidimensional al siguiente nivel. Entre los momentos más ligeros siempre hay toques de emociones mucho más profundas que dan carácter a una casa, ya sea literal o metafórica, en el mundo real o en nuestra cabeza. Matilda, Little Freak, Boyfriends, Satellite y Daylight revelan las huellas personales que se ponen de manifiesto cuando se habita un espacio. Cuando la fiesta termina y la euforia se esfuma lentamente, las guirnaldas y los globos se retiran poco a poco, la fachada desaparece y por primera vez se descubren conscientemente grietas, pintura desgastada, cuadros torcidos y telarañas.

Especialmente Matilda, basada en el título del libro homónimo de Roald Dahl, crea estragos emocionales. En la historia sobre las relaciones familiares disfuncionales y la importancia de un hogar, en la que Harry no se sitúa en el centro sino que actúa como observador y consejero sensible, se mete en la piel. Acompañada por una guitarra acústica, un puente de piano y hermosas armonías, todos los componentes de la canción encajan a la perfección. Incluso más claramente que en cualquier otro punto, Harry también subraya el principio rector de todo el álbum: un hogar es a menudo algo más intangible que un lugar físico. Sin embargo, Harry’s House no siempre es impecable en otros aspectos. Grapejuice, después de canciones como Watermelon Sugar, Cherry y Kiwi, la siguiente parte de la saga frutal se pierde entre el extático comienzo del disco y la emotiva sección central. El cierre Love Of My Life también es una opción lógica por su arreglo poco emocionante en el contexto musical del disco, pero sin embargo, incluso estos pequeños amortiguadores están a un nivel mucho más alto que las partes menos emocionantes de sus álbumes anteriores.

En Harry’s House, Harry parece haberse encontrado como artista en solitario en su tercer intento. No porque haya creado una colección de canciones impecable o especialmente sofisticada, sino porque parece que está musical, artística y humanamente exactamente donde quiere estar. Están los hits eufóricos, sin los cuales un álbum pop no podría existir, pero también hay pasajes íntimos, vulnerables y reflexivos, que no suelen darse en un álbum con inmensas aspiraciones de mainstream. Si bien Harry’s House es un lugar que invita a sentirse bien, rebosante de alegría también presenta con orgullo y seguridad sus aristas, defectos e imperfecciones. Y Harry, en medio de todo, es el arquitecto cuyo arte brilla precisamente por ser él mismo. Aunque parece mantener cierta distancia con sus oyentes, parece mantener su encanto intacto, como una especie de atracción gravitacional.

Escucha Harry’s House en su totalidad a continuación.

Despues de leer, ¿qué te pareció?

  • Me gustó
  • 1
    Me prendió
  • 1
    Lo amé
  • Me deprime
  • WTF!
  • Me confunde
   wait! cargando más contenido   wait! cargando más contenido   wait! cargando más contenido   wait! cargando más contenido   wait! cargando más contenido   wait! cargando más contenido   wait! cargando más contenido   wait! cargando más contenido   wait! cargando más contenido   wait! cargando más contenido   wait! cargando más contenido   wait! cargando más contenido   wait! cargando más contenido   wait! cargando más contenido   wait! cargando más contenido   wait! cargando más contenido

Utilizamos cookies propias y de terceros para ofrecerte una mejor experiencia y servicio. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso.

Aceptar
NIGHT MODE DAY MODE