Si bien un estudio reciente realizado con casi 2.000 niños descubrió que aquellos que declararon jugar a los videojuegos durante tres horas al día o más obtuvieron mejores resultados en las pruebas de habilidades cognitivas relacionadas con el control de los impulsos y la memoria de trabajo en comparación con los niños que nunca habían jugado a los videojuegos, una nueva investigación nos ofrece un vistazo al lado más oscuro de este hobby. https://futurism.com/gamers-sexist-racist-study

Un estudio realizado por la organización de salud mental Take This reveló que las personas que juegan a los videojuegos — o gamers, como se les conoce más comúnmente — tienden a ser más racistas y sexistas y pueden mostrar más “comportamientos extremos” que el resto de las personas. El estudio, que puedes leer en su totalidad en este enlace, se basó los resultados obtenidos con 300 gamers, aunque no se ha revelado su edad ni su género.

Según los resultados, los jugadores de Call of Duty eran más propensos a ser racistas y misóginos que los que pasaban su tiempo jugando a Minecraft. “Las comunidades de jugadores representan un arma de doble filo. Por un lado, pueden proporcionar un sentido de conexión y propósito a individuos que sufren de soledad e inseguridad. Por otro lado, pueden exponer a los jugadores a un discurso de odio y a una toxicidad social que puede aumentar su susceptibilidad a la propaganda extremista”, dice la investigación.

“En el peor de los casos, los jugadores pueden ser atraídos a abrazar creencias extremistas que los lleven por el camino de la radicalización”, reveló la encuesta. La doctora Rachel Kowert, quien dirigió la investigación, declaró a Vice: “Cuando la identidad de jugador es el núcleo de lo que eres como persona, eso parece reflejar lo que llamamos cultura tóxica de los jugadores, tiende a reflejar más la exclusión que la inclusión, por lo que cosas como el racismo y el sexismo y la misoginia florecen”.

Kowert añadió: “Todas estas cosas que sabemos que existen en los espacios de juego parecen estar interiorizadas por aquellos que se identifican muy estrechamente como parte de esa comunidad. La fusión de identidades es cuando la identidad social, la identidad individual, se fusionan y no se pueden separar… La forma en que se demuestra que se desarrolla la fusión los hace más susceptibles a comportamientos más extremos”. Los resultados de este informe no deberían sorprender demasiado. Las figuras de los deportes electrónicos y los streamers de renombre son frecuentemente señalados por su comportamiento misógino y racista, e incluso el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos ha financiado una beca para estudiar la radicalización en algunas comunidades de jugadores.

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