El uso creciente de la inteligencia artificial (IA) en la vida diaria está generando un fenómeno preocupante conocido como “psicosis por IA”, que se refiere a casos en los que personas desarrollan creencias delirantes al interactuar con chatbots, llegando a considerarlos reales, divinos o incluso como parejas románticas. Especialistas han observado un aumento de pacientes con síntomas psicóticos relacionados con este uso desde 2023, especialmente en contextos de aislamiento social y dependencia emocional hacia estas tecnologías.

En plataformas como Reddit, usuarios comparten experiencias de relaciones virtuales con chatbots, llegando incluso a compromisos sentimentales ficticios. Un ejemplo es el testimonio de alguien que afirmó que su “novio AI” le propuso matrimonio durante un viaje, lo que refleja cómo la realidad y la ficción se mezclan en estas interacciones. 

¿Qué está pasando? Los especialistas en psiquiatría explican que la psicosis implica la presencia de delirios (creencias falsas y fijas) y alucinaciones, y en el contexto de la IA, estos delirios pueden ser facilitados o exacerbados por la interacción con chatbots diseñados para reflejar y afirmar constantemente las ideas del usuario. Thomas Pollak, psiquiatra de King’s College London, señala: “Los delirios ocurren cuando las personas comienzan a creer cosas que claramente no son ciertas y van en contra de la realidad. Las alucinaciones son cuando tienen experiencias sensoriales que otras personas no están teniendo y que no corresponden a la realidad externa.”

Algunos psiquiatras, como Marlynn Wei, cuestionan si la relación con la IA puede considerarse un delirio o simplemente un vínculo emocional con un objeto animado, afirmando que los chats “crean una dinámica humano-IA que, sin querer, puede alimentar y afianzar la rigidez psicológica, incluido el pensamiento delirante. En lugar de cuestionar creencias falsas, los chatbots de IA de propósito general están entrenados para seguirlas, incluso si incluyen delirios de grandeza, paranoia, persecución, religiosos/espirituales o románticos. El resultado es que los modelos de IA pueden validar y amplificar involuntariamente patrones de pensamiento distorsionados, en vez de señalar estas interacciones como indicadores de necesidad de ayuda psiquiátrica o derivarlos hacia la atención adecuada”.

Así que aunque la tecnología imita respuestas humanas de manera convincente, no tiene conciencia real, lo que puede confundir a personas vulnerables que buscan conexión afectiva. En sociedades donde la soledad es predominante, estas relaciones digitales se vuelven una salida para muchos, aunque con riesgos psicológicos evidentes. Así, estas conversaciones pueden  desencadenar episodios psicóticos en personas predispuestas, y sugieren la necesidad de implementar controles para proteger a quienes padecen enfermedades mentales o están emocionalmente aislados.

Estamos conscientes de que la integración de la IA en la vida cotidiana no se detendrá, pero hay que recordar algo importante: la tecnología puede proporcionar apoyo y compañía, pero también puede generar consecuencias inesperadas y peligrosas si no se maneja con precaución.

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