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Q&A con el fotógrafo Esteban Vargas Roa: “A través de mi lente las fronteras se vuelven borrosas”
a diagonal trip. Fotografía: Esteban Vargas Roa

Q&A con el fotógrafo Esteban Vargas Roa: “A través de mi lente las fronteras se vuelven borrosas”

Words Mirangie Alayon

Durante los últimos años, el fotógrafo chileno Esteban Vargas Roa se ha convertido en uno de los artistas visuales de mayor ascenso en nuestro país, gracias a un peculiar punto de vista que combina moda, cultura pop, y una fascinación por países como Corea del Sur y Japón, que siempre se ve reflejada en un impecable trabajo realizado al mejor estilo old school con una cámara análoga y alejado de los trucos del Photoshop.

Luego de traernos postales increíbles de la NYFW y del street style de Corea, sirvió como curador en la reciente muestra La Carpeta de mis Imágenes en Galería Cima, en donde nos presentó a tres talentos chilenos que triunfan dentro y fuera de nuestro país, la próxima aventura de Esteban es la publicación de su primer libro, a diagonal trip, (que sale a la venta a mediados de octubre y puedes adquirir a través de este enlace o a través de la redes de Minigolf Books) que sirve como una introducción a su fotografía, a su estilo, a su estética y a las imágenes que lo impulsan a disparar con su cámara. Conversamos recientemente con él acerca de este foto-libro, de su pasión por la cultura oriental, y de cómo siente que ha evolucionado como artista desde que era un otaku.

“Cómo creador de imágenes, es un desafío el estar por sobre esa visualidad viciada en la que ‘occidente mira a oriente’, y lo reduce a kanjis y luces neón”.

a diagonal trip. Fotografía: Esteban Vargas Roa

a diagonal trip. Fotografía: Esteban Vargas Roa

a diagonal trip. Fotografía: Esteban Vargas Roa

a diagonal trip. Fotografía: Esteban Vargas Roa

a diagonal trip. Fotografía: Esteban Vargas Roa

a diagonal trip. Fotografía: Esteban Vargas Roa

Háblanos un poco de la idea central de a diagonal trip. Luego de diversas exposiciones, este es tu primer libro fotográfico como tal, y nos gustaría saber cuál es su corazón creativo, y cómo nació esta iniciativa de finalmente recoger tu trabajo en un impreso. ¿Cómo ha sido todo este proceso?

Precisamente, después de haber hecho circular mi trabajo fotográfico desde la industria de la moda hasta el circuito artístico, se volvió necesario considerar nuevos formatos en los que desenvolverme. Hace un tiempo venía barajando la posibilidad de pasar al foto libro, pero no fue hasta principios de este año, que todo se formuló como un proyecto concreto, junto a Minigolf Books.

Uno de los grandes objetivos del libro es presentar mi trabajo en circuitos a los que no he llegado antes, por eso a diagonal trip está muy cargado de esas motivaciones primeras, que dan forma y delimitan mi propuesta. Una especie de introducción a mi universo fotográfico.

El concepto de viaje guía el hilo narrativo de este foto-libro. Primero, como un viaje imaginario, lleno de citas y referentes. Después, bajo ese tránsito constante entre grandes metrópolis, sesiones en Patronato, largas esperas en algún backstage en Seúl o encuentros inesperados en días lluvioso en Harajuku. Un bitácora de vivencias convertidas en imágenes.

Desde muy joven has estado interesado en la cultura oriental de distintas maneras, y en los últimos años tu carrera ha tenido un foco marcado hacia Seúl y Tokio. ¿Cómo has venido desarrollando tu visión acerca de lo que significan para ti estas culturas luego de haberlas experimentado de cerca y tener un nuevo acercamiento a su influencia sobre tu trabajo y sobre ti como persona?

Esa búsqueda de significado se ha convertido en uno de los más grandes motores de mi propuesta. Es un cuestionamiento constante, y aún no se resuelve del todo. En el libro se describe mi primer viaje a Tokio como un hito. Hay un antes y un después, una ciudad imaginaria y otra real. Dos proyecciones que a veces convergen y otras divergen. En ese viaje no solo se conectaron aquellos mundos. También se reencuentra los gustos de infancia con los anhelos de adultez, seguramente uno de los puntos clave para conectar con el impreso.

Tu trabajo tiende a explorar mucho más allá de lo exótico, lo llamativo y lo cliché, presentes en muchas de las imágenes de Seúl y Tokio, y que todavía forman parte importante de la narrativa visual de Oriente. ¿Cómo logras este punto de vista fuera de lo turístico, lo obvio?

Cómo creador de imágenes, es un desafío el estar por sobre esa visualidad viciada en la que “occidente mira a oriente”, y lo reduce a kanjis y luces neón. En mi caso, la conexión con estas temáticas es compleja, y se ha develado con tiempo, en base a mucho trabajo. Descubrí que cuando viajo a una ciudad tan lejana, como Tokio o Seúl, mis objetivos son opuestos a conseguir un registro documental. En estos viajes se revelan aspectos personales que se plasman como fotografías. En ese sentido mi visión es poco objetiva, y está muy contaminada por mis experiencias y referentes. Cuando fotografío estas urbes y sus personajes, no solo estoy retratando lo que veo, también fotografío mis convicciones, gustos y motivaciones por llevarme a estos contextos. Hay un fin muy personal e íntimo que tiñe todo el trabajo. Eso lo pone en distancia de lo turístico.

a diagonal trip. Fotografía: Esteban Vargas Roa

a diagonal trip. Fotografía: Esteban Vargas Roa

a diagonal trip. Fotografía: Esteban Vargas Roa

a diagonal trip. Fotografía: Esteban Vargas Roa

a diagonal trip. Fotografía: Esteban Vargas Roa

a diagonal trip. Fotografía: Esteban Vargas Roa

Hace un par de años, Esteban presentó una muestra llamada Miguk en la que exploraba de cerca ese primer renacimiento de la cultura pop surcoreana, y cómo poco a poco iba dejándose colar por las grietas de occidente gracias a Internet. Ahora, las cosas han cambiado vertiginosamente, y escuchar de idols y k-pop es parte normal de nuestro día a día. Sin embargo, nos cuenta que con a diagonal trip busca establecer un nexo emocional entre continentes y  sensibilidades que hacen que las distancias se acorten.

Parte de tu fascinación con lo oriental viene de tu interés por la cultura pop y por la moda. ¿Qué opinas del vertiginoso avance de la estética y la cultura pop coreana y japonesa en occidente, y la influencia constante entre ambas?

Muchas de las temáticas dentro del libro fueron concebidas precisamente por esta fascinación por la cultura pop en Asia, y lo que significa ser un espectador de estos fenómenos desde un lugar tan lejano como Chile.

Cuando niño, me movía en un universo otaku, formado de cartas Pokémon, eventos de cosplay y juntas en el San Borja. Era un submundo de gente rezagada que se congregaba a compartir el deleite por una cultura refinada pero remota, a la que solo accedíamos a través del anime en televisión abierta y el Internet. Hoy el panorama es totalmente diferente. El K-pop y la cultura del animé están lejos de ser un fenómeno de nichos, y me resulta encantador ver como las nuevas generaciones abrazan estas influencias y las vuelven propias.

¿Qué tipo de imágenes podemos esperar ver en este libro? ¿Es una selección reciente o es una especie de colección histórica de los últimos años de tu carrera? ¿Cuál dirías que es la foto más representativa del espíritu del libro?

a diagonal trip se plantea como una retrospectiva a este largo y constante recorrido entre Santiago, Seúl y Tokio. Involucra mirar hacia atrás, y volver a encontrarse con imágenes archivadas entre diarios de viaje y discos duros. Muchas no habían encontrado lugar en revistas de moda o exhibiciones fotográficas, o develaron nuevos significados dentro de esta encuadernación, con mayor carácter personal. Es una selección fina, con atmósferas y temáticas que se complementan, por lo mismo se vuelve imposible elegir una sola imagen dentro de un relato que se formula como una serie.

¿Cómo se conectan Asia y Latinoamérica en tus imágenes?

Bajo mi visión, hay una conexión emotiva entre estos dos extremos. Un puente imaginario que se cimenta sobre referentes, citas e iconos. La torre de Tokio aparece entre recorridos por el centro de Santiago. Se asoman flores entre un mar de paraguas transparentes. A través de mi lente las fronteras se vuelven borrosas y las distancias se acortan, en un viaje liviano que divaga entre lo foráneo y lo local.

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