Este pasado 13 de octubre, la banda Pet Shop Boys compuesta por Neil Francis Tennant y Christopher Sean Lowe fueron unos maestros: desde la década de los 80 se han posicionado no sólo como referentes en lo que respecta a música pop, sino como una gran influencia en estética por sus shows en vivo.

Comiéndonos las uñas de la espera, a las 21.40 apareció el dúo y comenzó a sonar Inner Sanctum del disco Super, y ese fue el momento en que el Espacio Riesco se paralizó totalmente. A partir de ese momento, estábamos todos preparados para cantar West End Girls, y cuando llegó ese momento, la canción sonó fresca y actual gracias a que en los últimos años la banda se ha reinventado en términos de sonido. El playlist del show fue extenso y todos queríamos escuchar nuestro tema favorito, y aunque muchos nos lamentamos porque no sonó Rent, a la agrupación no se le olvidó cantar Love Comes Quickly, ni tampoco Home and Dry y además nos hicieron bailar con temas como New York City Boy y Se A Vida É.

Con una propuesta visualmente atrapante y atractiva, un sonido impecable que hasta la persona que estaba en el baño podía seguir cantando It’s A Sin sin problema, y una majestuosa presencia en el escenario cuando sonaba Domino Dancing, todos pudieron disfrutar del show, incluso las personas que esperaban eternas filas por sus cervezas pudieron cantar Love, etc.

The Pop Kids, uno de los temas más destacados  de su ultimo disco hizo que Neil nos recordara que todos los que asistimos al Espacio Riesco éramos los niños del pop. Y lo somos, porque después de tres décadas, seguimos siendo fieles seguidores de Pet Shop Boys y su música sigue sonando con discos emblemáticos como Actually, Please, Behavior y NightLife. En este concierto, padres e hijos pudieron disfrutar una velada en donde la barrera generacional no existía y era un placer ver a una generación a la nuestra cantando junto a nosotros Always On My Mind.

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