El Vaticano ha dado luz verde para que los hombres homosexuales puedan ser sacerdotes, siempre que permanezcan célibes. En un inesperado ajuste a la práctica de la Iglesia católica, las nuevas directrices de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) permitirán a los homosexuales ingresar en los seminarios.

Aunque el Vaticano no había prohibido explícitamente a los homosexuales acceder al sacerdocio en el pasado, una instrucción de 2016 prohibía a los hombres que tuvieran “tendencias homosexuales profundamente arraigadas”. Las nuevas directrices, aprobadas por los obispos italianos, dicen que los directores de los seminarios deben considerar las preferencias sexuales de un candidato al sacerdocio, pero solo como un aspecto de su personalidad.

“Al referirse a las tendencias homosexuales en el proceso de formación, también es apropiado no reducir el discernimiento sólo a este aspecto, sino… comprender su significado dentro del marco completo de la personalidad del joven”, dicen las directrices. No está claro si las nuevas directrices se reflejarán en otros países.

Según las directrices, lo más importante para los aspirantes a sacerdotes es mostrar “una orientación hacia la vida célibe”. También dicen que “en el proceso formativo, cuando se hace referencia a tendencias homosexuales, conviene no reducir el discernimiento sólo a este aspecto”, señaló el viernes la CEI, que añadió que “el objetivo de la formación para el sacerdocio en el ámbito afectivo-sexual es la capacidad [de] acoger la castidad en el celibato como un don, elegirla libremente y vivirla responsablemente” y que los hombres homosexuales sexualmente activos no pueden ser admitidos en los seminarios ni en ninguna otra orden sagrada.

Algunos consideran que el papa Francisco, pontífice desde 2013, ha adoptado un enfoque más acogedor hacia la comunidad LGBTQI+. Esto ha incluido permitir a los sacerdotes bendecir a parejas del mismo sexo caso por caso, pero la admisión de hombres homosexuales en el sacerdocio ha seguido siendo un tema tabú. El Papa Francisco ya había pedido una cuidadosa selección de los candidatos a seminaristas, y en el pasado había advertido con dureza a los sacerdotes que mantuvieran relaciones sexuales que abandonaran el sacerdocio.

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