Los antidepresivos pueden quitar el placer junto con el dolor emocional, según estudio

Los antidepresivos que se recetan habitualmente pueden hacer que los pacientes se vuelvan menos sensibles a las recompensas, afectando a un proceso de aprendizaje conductual clave que puede provocar una “anestesia” emocional, según los científicos. Los investigadores descubrieron que los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) pueden afectar al aprendizaje por refuerzo, que permite a las personas aprender de sus actos y de su entorno. Estos fármacos actúan sobre la serotonina, una sustancia química que transmite mensajes entre las células nerviosas del cerebro.
Uno de los efectos secundarios más conocidos de los ISRS es el “embotamiento”, en el que los pacientes dicen sentirse emocionalmente nulos y no ser capaces de responder con el mismo nivel de placer que lo harían normalmente. Los expertos afirman que sus hallazgos, publicados en la revista Neuropsychopharmacology, muestran cómo la serotonina afecta al aprendizaje por refuerzo.
La profesora Barbara Sahakian, del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Cambridge y autora principal del estudio, afirma: “El embotamiento emocional es una de las principales causas de depresión, y el embotamiento emocional es un efecto secundario frecuente de los antidepresivos ISRS. En cierto modo, puede que sea así como funcionan: eliminan parte del dolor emocional que sienten las personas deprimidas, pero, por desgracia, parece que también eliminan parte del placer. A partir de nuestro estudio, ahora podemos ver que esto se debe a que se vuelven menos sensibles a las recompensas, que proporcionan una retroalimentación importante”, dijo.
Para el estudio, los investigadores reclutaron a 66 voluntarios para participar en el experimento, a 32 de los cuales se les administró escitalopram y al resto un placebo. Todos los participantes rellenaron una serie de cuestionarios al cabo de 21 días y se les sometió a pruebas de funciones cognitivas como el aprendizaje, la inhibición, la función ejecutiva, la conducta de refuerzo y la toma de decisiones. Los resultados indicaron que la sensibilidad al refuerzo se redujo en dos tareas en el grupo que tomó escitalopram en comparación con los que tomaron placebo.
Según los investigadores, los participantes que tomaban escitalopram eran menos propensos a utilizar la retroalimentación positiva y negativa para guiar su aprendizaje de la tarea en comparación con los que tomaban placebo. Esto sugiere que el fármaco afectó a su sensibilidad a las recompensas y a su capacidad de responder en consecuencia, añadió el equipo. Sin embargo, los expertos advierten que los pacientes que toman ISRS no deben dejar de tomarlos basándose en esta investigación.
En nombre del Real Colegio de Psiquiatras, el catedrático Carmine Pariante, que no participó en el estudio, comentó lo siguiente: “Se trata de un estudio interesante y bien realizado en sujetos sanos, pero no cambia nuestra comprensión de los antidepresivos. Las personas deprimidas pueden tener dificultades para sentir emociones positivas, como la felicidad, lo que hace difícil diferenciar entre los efectos de la enfermedad y los de la medicación. Al reducir los sentimientos negativos, los antidepresivos pueden ayudar a las personas a mejorar”.
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