Londres abrirá su primer laboratorio de investigación de psicodélicos para la salud mental combinando hongos mágicos, LSD, MDMA y música

De un buen tiempo para acá, los hongos parecen estar saliendo del bosque y entrando en el laboratorio, a medida que los científicos descubren los efectos médicos potencialmente maravillosos del compuesto derivado de los hongos, la psilocibina. La empresa británica Clerkenwell Health está dispuesta a aprovechar este boom, pues muy pronto abrirá la primera instalación comercial para ensayos de drogas psicodélicas en Europa, convirtiendo a Londres en líder mundial en la investigación con hongos alucinógenos.
Los primeros ensayos comenzarán en agosto de este mismo año y se centrarán en el potencial de la psilocibina para ayudar a las personas a afrontar una enfermedad terminal. El uso de psicodélicos en el tratamiento de la salud mental no es exactamente un concepto nuevo: los investigadores empezaron a hacer pruebas en los años 50. Pero el progreso científico ha sido dolorosamente lento desde entonces.
Ahora, parece que las cosas vuelven a acelerarse. El nuevo laboratorio de Clerkenwell Health colaborará con empresas farmacéuticas de todo el mundo, como Psyence, de Toronto, Mindset Pharma, de Canadá, y Mydecine, de Estados Unidos, para abordar problemas como la ansiedad al final de la vida, los trastornos psiquiátricos e incluso la adicción a la nicotina, y además tendrán un ingrediente adicional: la música.
El Dr. Henry Fisher, director científico y cofundador de Clerkenwell Health, afirmó que “el entorno y el ambiente tienen un enorme impacto en los resultados. La música es fundamental para ayudar a guiar la experiencia de la droga, y se ha descrito como el terapeuta extra en la habitación. Las emociones que evoca la música pueden moldear sus sentimientos y su recuperación”.
Los pacientes dispondrán de un entorno controlado para escuchar música mientras toman drogas como hongos mágicos, LSD, ketamina y MDMA. Los estudios también combinarán las sustancias con una terapia de conversación. Está muy lejos de la extraña y salvaje reputación que tenían los psicodélicos en el pasado, pero podría marcar una nueva y valiente frontera en el tratamiento de la salud mental.
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