La única vacuna contra el VIH que se encontraba actualmente en su última fase de un ensayo fracasó, según anunció el miércoles un grupo de investigadores, lo que supone un duro golpe para el esfuerzo por controlar el VIH, y sumándose a una lista de intentos fallidos que ha durado décadas. Conocido como Mosaico, el ensayo fue el resultado de una asociación público-privada entre el gobierno de EE.UU. y el gigante farmacéutico Janssen, una división de Johnson & Johnson.

La investigación se llevó a cabo en ocho países de Europa y América, incluido Estados Unidos, desde el 2019. Los investigadores reclutaron a casi 3.900 hombres que tienen relaciones sexuales con hombres y personas tran, todos ellos considerados por el estudio como grupos de riesgo sustancial de contraer el VIH. Los responsables del estudio decidieron interrumpir el gigantesco esfuerzo de investigación después de que un comité independiente de control de datos y seguridad revisara los resultados del ensayo y no viera pruebas de que la vacuna redujera la tasa de adquisición del VIH de los participantes.

“Evidentemente, es decepcionante”, dijo el Dr. Anthony Fauci, que durante muchos años dirigió el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) y participó activamente en el ensayo, al referirse al fracaso de la vacuna. Sin embargo, “hay muchos otros enfoques” en la investigación de la vacuna contra el VIH que le parecen prometedores. “No creo que la gente deba abandonar el campo de la vacuna contra el VIH”, afirmó Fauci. Además del NIAID y Janssen, que es una división de Johnson & Johnson, el ensayo fue dirigido por la Red de Ensayos de Vacunas contra el VIH, con sede en el Centro de Investigación Fred Hutchinson de Seattle, y el Mando de Investigación y Desarrollo Médico del Ejército de Estados Unidos.

La falta de eficacia de Mosaico no fue inesperada, según los expertos, debido al reciente fracaso, anunciado en agosto de 2021, de otro ensayo clínico, denominado Imbokodo, que probó una vacuna similar entre mujeres de África. Las vacunas probadas en ambos ensayos utilizaban un virus del resfriado común para administrar lo que se conoce como inmunógenos en mosaico, cuyo objetivo era desencadenar una respuesta inmunitaria robusta y protectora mediante la inclusión de material genético de diversas cepas del VIH prevalentes en todo el mundo. Mosaico incluía un elemento adicional destinado a ampliar la respuesta inmunitaria. Los participantes en Mosaico, de edades comprendidas entre los 18 y los 60 años, recibieron cuatro inyecciones a lo largo de 12 meses, bien de la vacuna o de un placebo.

Lamentablemente, el comité de seguimiento no encontró diferencias significativas en la tasa de adquisición del VIH entre los dos grupos del estudio. El problema crítico que ha obstaculizado la investigación de vacunas contra el VIH durante décadas, señaló Fauci, es una debilidad crucial que el virus ya explota con éxito: La respuesta inmunitaria natural a la infección no es suficiente para detener el virus. “Así que las vacunas tendrían que ser mejores que la infección natural para ser eficaces”, dijo. “Sería un listón muy alto”. Según el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA, se calcula que en 2021 vivían con el VIH en todo el mundo 38,4 millones de personas. En la actualidad, alrededor de 1,5 millones de personas contraen el virus anualmente, una cifra que se ha reducido en más de la mitad desde su peak en 1996.

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