Irán ejecuta a otro condenado a muerte por participar en las protestas de Mahsa Amini
Irán ejecutó públicamente a un segundo hombre que fue detenido durante los disturbios relacionados con las protestas en curso en el país debido al caso de Mahsa Amini. El sitio web de noticias del poder judicial de la nación anunció a primera hora del lunes que Majidreza Rahnavard, condenado por matar a dos miembros de las fuerzas de seguridad, fue ejecutado en un lugar público no identificado de Mashhad mientras un grupo de personas observaba la ejecución.
Irán publicó varias imágenes de la ejecución pública, en las que se veía a un hombre, con las manos atadas, colgado del cuello desde una grúa. Se ve a las fuerzas de seguridad enmascaradas acordonando la zona, con una multitud de decenas de personas observando detrás de barricadas. Irán ejecutó días atrás al primer detenido relacionado con las protestas, un joven de 23 años llamado Mohsen Shekari, por presuntamente atacar y herir con un cuchillo largo a un miembro de la fuerza paramilitar Basij en el centro de Teherán.
Al igual que en el caso de Shekari, la ejecución del lunes pretendía mostrar la rapidez con la que la justicia iraní está avanzando en los casos relacionados con las protestas, ya que Rahnavard fue ejecutado menos de un mes después de su detención. La justicia afirmó que Rahnavard había cometido un acto “terrorista” contra dos miembros de los Basij el 17 de noviembre. Al parecer, fue detenido dos días después por “librar una guerra contra Dios”. Tras la ejecución, Gholamali Sadeghi, jefe de la judicatura de la región nororiental de Razavi Khorasan, dio las gracias a la policía y a los funcionarios de seguridad y de la judicatura por ejecutar la sentencia lo antes posible y por “responder a las demandas públicas de establecer el orden y la seguridad y hacer frente a los alborotadores y a los infractores de la ley”.
Las protestas iraníes comenzaron a mediados de septiembre, tras la muerte de Mahsa Amini, una joven detenida por la policía de moralidad del país por no cumplir un código de vestimenta obligatorio. Organizaciones de derechos humanos con sede en el extranjero han afirmado que más de 450 personas han muerto durante las protestas, cifra superior a la de 200 muertos facilitada por Irán, que niega que sus fuerzas de seguridad disparen contra los manifestantes. Los grupos de derechos humanos han advertido de que más personas detenidas en relación con las protestas podrían ser ejecutadas en breve.
Tras la ejecución de Shekari, Amnistía Internacional condenó la medida y afirmó que “el claro objetivo de las autoridades iraníes es infundir miedo entre la población en un intento desesperado de aferrarse al poder y poner fin al levantamiento popular”. El Consejo de Derechos Humanos de la ONU votó el mes pasado a favor de establecer una misión de investigación sobre la gestión de las protestas por parte de Irán, pero Teherán dijo que no cooperaría con la misión por su naturaleza “política”. En los últimos días, Australia y Nueva Zelanda se unieron a Estados Unidos, la Unión Europea, el Reino Unido y Canadá para incluir en la lista negra a varios funcionarios y entidades iraníes por su respuesta a las protestas, algo que Teherán condenó.
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