El Gobierno italiano anunció recientemente que está trabajando en la forma de lograr un bloqueo informático efectivo que impida el acceso a los contenidos sexuales violentos, tras los últimos casos de abusos sexuales de menores a manos de grupos de su misma edad que han conmocionado al país. En los últimos días, dos primas de 10 y 12 años fueron violadas por una “manada” de jóvenes de su misma edad, lo que ha causado impacto en la sociedad italiana, que culpa a la pornografía de dichos actos, por lo que han decidido tomar medidas para proteger a los menores de edad del material explícito en Internet.

“No se trata de censurar, sino de proteger a los niños”, dijo la ministra de la Familia, Eugenia Roccella, explicando que para la primera ministra Giorgia Meloni se trata de “uno de los principales problemas de la crisis educativa actual”. Según Roccella, algunos expertos estiman que la edad promedio del primer contacto de los niños con pornografía es apenas de 7 años de edad, y que los vídeos son cada vez más violentos y extremos.

Por este motivo, el Estado buscará formas de bloquear de forma más efectiva el acceso de los menores a los sitios web porno. Como sabemos, en su gran mayoría tienen una verificación simple en la que el usuario afirma tener más de 18 años: “Es evidente que no se puede impedir el acceso confiando en la autocertificación de la edad, sino que hay que utilizar instrumentos objetivos”, dijo Roccella. “Las familias a menudo experimentan una sensación de impotencia porque este contenido viaja a través de las nuevas tecnologías y los niños son infinitamente mejores que nosotros manejándolas” por eso no hay que “dejarlas solas”, seguró.

“Debemos responsabilizar a los sitios web de la verificación de la edad, pero sin confiarle los datos de los usuarios. Utilizaremos servicios de terceros para supervisar la aplicación de la ley”, dijo la ministra. Por su parte, Guido Scorza, miembro de la Autoridad de Protección de Datos Personales, dijo en el diario La Repubblica que las plataformas de contenido explícito “tendrán que depender, a cambio de una remuneración, de ‘terceros de confianza’, es decir, aplicaciones especializadas única y exclusivamente en la determinación de la edad de los usuarios”. Agregó: “A través de documentos, inteligencia artificial o cuestionarios, estas aplicaciones pueden determinar si la persona que desea acceder a un video porno es mayor de edad o menor de edad, concediendo o no la libertad sin proporcionar más datos”.

Roccella también habló de otras “herramientas, como el control parental, que se utilizan muy poco y que necesitan mayor publicidad y difusión”, para que “se use de verdad”. La propuesta del Gobierno de la utraderechista Meloni ya ha recibido algunas críticas por ir destinada a los sitios de la industria pornográfica en la web, pero dejando fuera las redes sociales y chats, donde ya circula mucho material porno y donde además ahora podría desplazarse aún más.

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