Francia implementará, a partir del próximo 1 de julio, una prohibición nacional para fumar en espacios al aire libre como playas, parques, jardines, paradas de autobús y en las inmediaciones de colegios, institutos e instalaciones deportivas. La ministra de Salud, Catherine Vautrin, anunció esta medida con el objetivo de proteger a los niños y avanzar hacia una generación libre de tabaco. 

La multa por incumplir esta norma será de EUR €135 y la vigilancia quedará en manos de la policía municipal. Cabe destacar que esta prohibición no afectará a las terrazas de bares ni al uso del cigarrillo electrónico. La iniciativa no es completamente nueva, ya que en Francia existen cerca de 7.000 espacios sin tabaco repartidos en más de 1.500 municipios que han adoptado restricciones similares en años recientes. El plan nacional contra el tabaquismo, presentado en 2023 por el entonces ministro Aurélien Rousseau, busca extender estas medidas a nivel nacional para el periodo 2023-2027. La idea es consolidar un entorno saludable, especialmente para los más jóvenes, y reducir la presencia del tabaco en espacios públicos concurridos.

El apoyo ciudadano a esta ampliación es notable, pues un 78% de los franceses respalda la extensión de zonas libres de humo. Desde 2007 ya está prohibido fumar en lugares cerrados, y esta nueva regulación busca dar un paso más allá. Según datos del Observatorio de drogas y tendencias adictivas (OFDT), el porcentaje de fumadores habituales adultos ha descendido al 23,1%, el nivel más bajo desde los años 90. Además, las ventas de tabaco cayeron un 11,5% en 2024 respecto al año anterior, lo que refleja un cambio en los hábitos de consumo.

Entre los jóvenes, el consumo de tabaco también ha disminuido: en 2017, un 25% de menores de 17 años fumaba, mientras que en 2022 esa cifra bajó al 16%. Sin embargo, el uso del cigarrillo electrónico ha aumentado, con un 6,1% de franceses que vapean diariamente, frente al 2% registrado en 2017. Por ahora, el vapeo queda fuera de la prohibición en espacios abiertos, aunque el Gobierno estudia limitar la nicotina y reducir los sabores atractivos para evitar que se convierta en una puerta de entrada al tabaco.

El tabaco sigue siendo la principal causa de muerte evitable en Francia, responsable de aproximadamente 75.000 fallecimientos anuales, es decir, unas 200 muertes diarias. La mayoría se deben a cáncer (60%) y enfermedades cardiovasculares (18%). La ministra Vautrin destacó que, además del impacto en la salud, el tabaco genera un costo económico enorme para el Estado, estimado en EUR €150.000 millones al año, afectando la sostenibilidad del sistema social francés.

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