La UER celebró este 4 de diciembre su Asamblea General donde confirmó la participación de Israel en Eurovisión 2026 tras aprobar reformas internas dirigidas a reforzar la “confianza, transparencia y neutralidad” del certamen. Ante esta decisión, RTVE confirmó su retirada oficial del concurso —primera vez que un miembro del histórico “Big Five” renuncia—, y anunció que no emitirá ni las semifinales ni la final del festival. 

España ya había condicionado su participación a la exclusión de Israel. En septiembre, el Consejo de RTVE aprobó por mayoría absoluta que la presencia israelí obligaría a una retirada. En su comunicado tras la votación, RTVE denunció “presiones políticas” dentro de la UER y afirmó que las medidas adoptadas no bastan para garantizar la neutralidad del concurso.

La salida de España anticipa un boicot más amplio: países como AVROTROS (Países Bajos), RTÉ (Irlanda) y otras radiotelevisiones ya anunciaron que tampoco participarán si Israel mantiene su lugar. Además, el presidente israelí, Isaac Herzog, celebró la decisión como una muestra de “solidaridad y cooperación cultural”.

La decisión pone en jaque el concepto de Eurovisión como espacio cultural neutral y plantea preguntas sobre la viabilidad del festival sin dos de sus principales países patrocinadores. RTVE deja la puerta abierta a un regreso si se garantizan condiciones distintas; por ahora, según la corporación, “la cultura no puede ser cómplice del genocidio”.

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