Un juez en el juicio de decenas de hombres acusados de violar a una mujer francesa inconsciente, cuyo marido la había drogado repetidamente, decidió el viernes permitir al público ver algunas de las grabaciones de vídeo de las supuestas violaciones. La decisión del juez Roger Arata de Aviñón, en el sur de Francia, de permitir que los periodistas y el público que asisten al juicio vean las grabaciones, supone un sorprendente cambio de rumbo en el caso que ha conmocionado a Francia.

Ya han pasado dos semanas de batalla legal en la que los periodistas que siguen el juicio y los abogados de Gisèle Pélicot — violada a lo largo de una década — argumentaron que los vídeos eran cruciales para una comprensión completa del juicio. Pélicot, de 71 años, se ha convertido en un símbolo de la lucha contra la violencia sexual en Francia, y ha insistido en que el juicio sea público, en contra de la sugerencia del tribunal de que este se celebre a puerta cerrada.

Desde que comenzaron las vistas el 2 de septiembre, Pélicot se ha visto cara a cara casi a diario con su exmarido Dominique Pélicot y otros 49 presuntos violadores. Ha sido elogiada por su valentía y compostura, admirada por hablar con voz tranquila y clara y permitir que se publicara su nombre completo, algo poco habitual según la legislación francesa para las víctimas en los juicios por violación. Su insistencia en que los vídeos, grabados por su exmarido y presentados como prueba en el juicio — en los que se puede ver a hombres abusando sexualmente de su cuerpo aparentemente inerte — se muestren al público habla de su deseo de que el juicio sirva de ejemplo nacional, dijo uno de sus abogados a The Associated Press.

“Es un caso único: no tenemos una sola representación de violación. Tenemos docenas, cientos de vídeos de una violación”, dijo el abogado, Stéphane Babonneau. “Gisèle Pélicot piensa que esta onda expansiva es necesaria, para que nadie pueda decir después de esto: ‘Yo no sabía que esto era una violación'”. Los vídeos explícitos mostrados durante el juicio, que ha puesto de relieve las dificultades a las que pueden enfrentarse las víctimas de violencia sexual en Francia, son especialmente importantes, dicen los abogados de Pélicot, ya que la gran mayoría de los acusados niegan las acusaciones de violación.

Algunos acusados afirman que el marido de Pélicot les engañó, otros dicen que les obligó a mantener relaciones sexuales con ella y que estaban aterrorizados. Otros sostienen que creían que ella consentía o que el consentimiento de su marido era suficiente. Los vídeos, dicen los abogados, hablan por sí solos. Con la decisión del viernes, el juez Arata revocó su anterior decisión del 20 de septiembre, según la cual los vídeos sólo se mostrarían caso por caso y a puerta cerrada. En aquel momento, había argumentado que socavaban la “dignidad” del juicio.

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