Descubrir la propia identidad es un viaje único que varía de una persona a otra, con resultados a menudo impredecibles. Tal es el caso de Bingo Allison, le primer sacerdote abiertamente no binarie de la iglesia anglicana en Inglaterra.

Al crecer en un entorno familiar fuertemente religioso y conservador — donde a los homosexuales solo se les tachaba de “pecadores” — , Allison nunca encontró las palabras para explicar su identidad. “No conocía a ninguna persona trans, y creo que solo he conocido a dos personas gay en mi vida”, explica en una entrevista reciente al diario Liverpool Echo. “Unas cuantas veces me encontré haciendo preguntas, pero al no tener realmente un vocabulario para describir mi experiencia no podía ir a ninguna parte”.

“Mi punto de vista solía ser muy tradicional y conservador”, dijo Bingo. “No tuve tiempo de aprender de las experiencias de los demás. Estaba en negación y parte de ello se tradujo en negar la identidad de otras personas”, concluyó. Conocer a otras personas LGBTQI+ y religiosas fue un punto de inflexión para Allison, que le permitió cuestionar una visión del mundo intolerante e ignorante, en la que las personas queer eran siempre una dimensión en sí mismas: “Había mucho rechazo hacia mí misme y por eso también rechazaba las identidades de otras personas’, explica en la entrevista.

Al descubrir el término genderqueer, Allison se permitió explorar y aprender más sobre su propia identidad de género, liberándose poco a poco de todos los prejuicios interiorizados: “Muchas veces me hice preguntas sobre mi identidad, pero al crecer con una forma de cristianismo tan conservadora, todo escapaba a mi imaginación”. Allison declara que Dios tuvo un papel central en su autodescubrimiento, a través de un viaje que ella llama una “profunda experiencia espiritual”.

“Salir del armario fue mucho más duro de lo que pensaba. Definitivamente cuestioné mi identidad muchas veces, pero crecer en un entorno cristiano conservador fue un reto más allá de mi imaginación. Para mí era casi como otro planeta”, cuenta. La percepción de la identidad de Bingo cambió cuando leyó el libro del Génesis, capítulo uno, versículo veintisiete. “Estaba rezando en mitad de la noche cuando me di cuenta de que quizá tuviera que poner mi vida patas arriba. Fue una experiencia espiritual de profundización, sentí correctamente que Dios me guiaba hacia esta nueva verdad sobre mí misme. Una de las cosas que he mantenido en mi ministerio es que tanto la transición como la salida del armario deben ser una experiencia espiritual, además de emocional y social, y a veces física. Hay algo hermoso en crecer tal y como fuimos creados y estar en nuestro auténtico yo”, relató.

Hoy, Bingo Allison quiere hacer de la iglesia un espacio acogedor e inclusivo para todas las personas LGBTQIA +, trabajando con asociaciones para apoyar a los grupos jóvenes queer.

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