Colombia: El asesinato de dos hombres gays en 72 horas activa las alarmas por crímenes de odio
Los hombres homosexuales en Colombia parecen estar experimentando uno de sus peores años: la semana pasada, Fellipe Garzón fue asesinado en su casa en Bogotá el jueves pasado, y en Barranquilla, René Estrada fue encontrado un par de días después, con señales de estrangulamiento. Según organizaciones no gubernamentales de Derechos Humanos de Colombia, tan solo en el 2022, 113 personas LGBTQI+ han sido víctimas de presuntos delitos de odio y discriminación por su orientación sexual.
Marcela Sánchez, directora de la ONG Colombia Diversa, dijo esta semana en declaraciones al diario El País que desde hace al menos una década existe un modus operandi similar en los asesinatos de hombres homosexuales que se ha denunciado repetidamente, pero que han recibido “resistencia técnica y falta de voluntad” por parte de las autoridades para investigar más a profundidad: “Ha estado pasando algo que debería prender las alertas. No por el número de casos, sino por las razones y la forma en que ocurren estos homicidios, que no siempre son investigados en relación con la discriminación o la violencia policial, y que ocurre en circunstancias parecidas”, explica.
“Los crímenes contra los gays son invisibles y, si miramos las cifras desde 2010, puntean como las principales víctimas de la violencia contra personas LGBTQI+”, dice Sánchez. “Falta voluntad para investigar estos casos. Es muy difícil que sepamos la verdad sobre estos hechos, mientras estos temas no sean liderados por las autoridades y quede solo en un reclamo de justicia por parte de los activistas”. Garzón, quien tenía 22 años, fue encontrado desnudo y atado de pies y manos, y al parecer, su muerte fue causada por asfixia mecánica. En el caso de Estrada, fue el quinto hombre homosexual asesinado en Barraquilla este año, y según explica Wilson Castañeda, director de la organización Caribe Afirmativo, la muerte de este segundo guarda un patrón sistemático de los homicidios que en los últimos años han afectado a los hombres gays en Colombia.
“El estado de indefensión de las víctimas se ratifica en el estado en el que han sido encontrados sus cuerpos, y el mecanismo de asfixia mecánica ha sido una constante en varios de los casos”, denuncia. “Las víctimas han sido asesinados en sus apartamentos, donde el victimario accedió tras mediar un encuentro a través de una aplicación o las redes sociales”, agrega el director de la ONG. Al parecer, las autoridades siempre buscan hipótesis como robos, riñas o conflictos pasionales antes de considerar un crimen de odio. “Estos mismos hechos se repitieron en las violencias ejercidas contra Gustavo Alberto Arango Jaramillo, de 52 años, Sahmir Javier González Sarmiento, ciudadano colombo-venezolano de 28 años, y Juan Danilo Bedoya Román, de 30 años, que fueron asesinados en espacios privados donde habían concertado, de manera previa, un encuentro sexual. En los casos de Sahmir y Juan Danilo el patrón de violencia se reforzaría, pues sus cuerpos fueron encontradas atados de manos y de pies, y además habían sido asfixiados mecánicamente”, asegura Caribe Afirmativo en un comunicado.
Al parecer, las investigaciones han dado como resultado una impunidad superior al 50% en estos casos. “Es muy prematuro hacer una evaluación porque es muy reciente y, al ser una guía, no es de obligatorio cumplimiento, pero sí es claro que la justicia en Colombia se resiste a investigar la conexión entre la discriminación y estos homicidios, y tiene que ver con una falta de conocimiento, pero también de sensibilidad”. Según Sánchez, para la justicia estas víctimas siguen siendo invisibles mientras tanto no sean consideradas las variables LGBTQI+ en sus asesinatos.
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