Benny Blanco cuenta cómo “Diamonds” de Rihanna casi fue de Eminem
Diamonds es conocida hoy en día como una de esas canciones que son un himno del pop, y que no nos podemos imaginar cantada por nadie más excepto Rihanna. Pero, ¿sabías que casi termina en manos de Eminem… y de Sia? Todo empezó con Benny Blanco y el dúo de productores Stargate en el estudio, creando ritmos sin imaginar que uno de ellos se convertiría en un himno global. “Nos encantó este beat y dije: ‘¡Dios mío, hay que mandárselo a Eminem!'”, contó Benny en el podcast de Daniel Wall recientemente. Se lo enviaron a Paul Rosenberg, mánager de Em, quien respondió: “Nos encanta”. Pero luego… silencio. Ocho meses después, ese mismo ritmo resucitó de la manera más inesperada.
La salvación vino de Sia. Un día, después de terminar sus propias sesiones, la cantante dijo: “Bueno, pongamos otra cosa”. Benny y Stargate reprodujeron el beat olvidado y, en solo 15 minutos, Sia escribió letra, melodía y grabó un demo completo. “Todo estaba listo”, recordó Benny. Pero el destino aún tenía otro giro: Stargate insistió en enviárselo a Rihanna, aunque Benny dudaba: “No sé, quizá deberíamos mandar otra cosa”.
Para su sorpresa, Rihanna lo amó al instante. “Recibí la llamada: ‘A Rihanna le encanta, quiere grabarlo'”, dijo Benny. Pero lo más loco vino después: el team de Sia les avisó que iba a salir la canción el lunes siguiente, y en el mismo momento, les avisaron que Rihanna ya había grabado la canción la noche anterior y que saldría… ¡en tres días! “Hasta su discográfica estaba fuera del loop”, reveló. El tema, claro, era Diamonds.
La ironía llegó cuando, casi al mismo tiempo, Paul Rosenberg (el mánager de Eminem) llamó a Benny: “Oye, a Em le gusta ese beat, podría hacer algo con él”. Benny solo atinó a responder: “No he sabido de ti en un año… Rihanna ya lo está lanzando”. Y vaya que acertó: en cuestión de días, Diamonds se convirtió en la canción más grande del mundo, demostrando que a veces el caos creativo termina en magia.
Moraleja: en la música, hasta los “no” y los silencios pueden llevar a un éxito histórico. Eminem se quedó sin su beat, Sia la escribió en un pestañeo, y Rihanna —sin pedir permiso— la convirtió en un diamante literal.
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