5 de los mejores poemas de Federico García Lorca

Federico García Lorca es uno de los poetas y dramaturgos más emblemáticos de la literatura española del siglo XX, y miembro de la Generación del 27. Su obra, que combina un profundo amor por la cultura popular andaluza con una sensibilidad única hacia temas universales como el amor, la muerte y la identidad, sigue siendo un pilar fundamental en las letras en español. Además, Lorca es reconocido como una de las figuras queer más importantes del ámbito hispano, ya que su vida y su obra reflejan una sensibilidad hacia la diversidad sexual poco habitual para su época. De hecho, una de las citas más usadas y conocidas de este escritor dice: “Yo siempre seré partidario de los que no tienen nada y hasta la tranquilidad de la nada se les niega”, una frase hermosa y reivindicativa que todavía resuena.
Su trágica muerte, ocurrida el 19 de agosto de 1936, a manos de franquistas y fascistas durante los primeros meses de la Guerra Civil española, convirtió a Lorca en un símbolo de la represión política y cultural, así como de la lucha por la libertad de expresión y los derechos de las personas LGBTQI+. Hoy, honramos su legado, que sigue vigente y continúa inspirando a generaciones en todo el mundo con una selección de algunos de sus mejores poemas.
1. El amor duerme en el pecho del poeta (Sonetos del amor oscuro, 1984)
Este poema, uno de los más famosos de García Lorca, expresa el amor oculto y el sufrimiento que provoca la inquietud de no poder manifestar libremente ese amor. El hablante se dirige a la persona amada, revelando un amor profundo que debe esconderse por las presiones sociales, simbolizadas en la “voz de penetrante acero” que lo persigue. El amor es un sentimiento latente, dormido en su pecho, que no puede despertar ni expresarse libremente, lo que genera angustia y dolor.
Tú nunca entenderás lo que te quiero
Porque duermes en mí y estás dormido.
Yo te oculto llorando, perseguido
Por una voz de penetrante acero.Norma que agita igual carne y lucero
Traspasa ya mi pecho dolorido
Y las turbias palabras han mordido
Las alas de tu espíritu severo.Grupo de gente salta en los jardines
Esperando tu cuerpo y mi agonía
En caballos de luz y verdes crines.Pero sigue durmiendo, vida mía.
¡Oye mi sangre rota en los violines!
¡Mira que nos acechan todavía!Pero sigue durmiendo, vida mía.
¡Oye mi sangre rota en los violines!
¡Mira que nos acechan todavía!
2. El poeta dice la verdad (Sonetos del amor oscuro, 1984)
Este poema de García Lorca destaca la idea de que la poesía y el poeta tienen una función reveladora y auténtica, pues a través de su voz se manifiestan verdades profundas y esenciales, como el poder del amor prohibido. Para García Lorca, el poeta no solo crea arte sino que también revela realidades ocultas, emociones intensas y sentimientos universales que muchas veces permanecen silenciados o ignorados por el mundo cotidiano.
Quiero llorar mi pena y te lo digo
para que tú me quieras y me llores
en un anochecer de ruiseñores
con un puñal, con besos y contigo.Quiero matar al único testigo
para el asesinato de mis flores
y convertir mi llanto y mis sudores
en eterno montón de duro trigo.Que no se acabe nunca la madeja
del te quiero me quieres, siempre ardida
con decrépito sol y luna vieja.Que lo que no me des y no te pida
será para la muerte, que no deja
ni sombra por la carne estremecida.
3. Es verdad (Libro de poemas, 1921)
Este poema, parte del Libro de poemas de 1921, muestra a García Lorca en busca de su voz propia, utilizando el humor para expresar que no puede vivir sin su amor. Ya se perciben rasgos distintivos de su estilo, como la repetición de versos al inicio y al final, que crea una sensación de circularidad y funciona como un estribillo dentro del poema.
¡Ay qué trabajo me cuesta
quererte como te quiero!
Por tu amor me duele el aire,
el corazón
y el sombrero.
¿Quién me compraría a mí
este cintillo que tengo
y esta tristeza de hilo
blanco, para hacer pañuelos?
¡Ay qué trabajo me cuesta
quererte como te quiero!
4. El poeta le pide a su amor que le escriba (Sonetos del amor oscuro, 1984)
Este poema forma parte de Sonetos del amor oscuro, un libro de carácter homoerótico que García Lorca no pudo publicar en vida y que permaneció oculto hasta su aparición en 1984. En estos versos, el hablante expresa el dolor por la pérdida del ser amado, cuya ausencia lo lleva al borde de la locura, anhelando una respuesta que no llega. A pesar del tiempo transcurrido desde su creación, la temática del amor perdido y la desesperación sigue siendo profundamente vigente, lo que ha convertido a esta obra en una de las más referenciadas y emblemáticas del autor.
Amor de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.
El aire es inmortal. La piedra inerte
ni conoce la sombra ni la evita.
Corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.
Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,
tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.
Llena pues de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura.
5. Despedida (Canciones, 1921)
Este poema, perteneciente a Canciones (1921), muestra a García Lorca en su etapa inicial, donde une escenas cotidianas con pensamientos profundos. El hablante anticipa su propia muerte y expresa el deseo de salir de este mundo contemplando el campo, valorando la sencillez de la vida. El balcón se presenta como un símbolo de la memoria, desde donde quiere mirar su existencia y sentirse en paz por haber disfrutado incluso las cosas más humildes.
Si muero,
dejad el balcón abierto.
El niño come naranjas.
(Desde mi balcón lo veo).
El segador siega el trigo.
(Desde mi balcón lo siento).
¡Si muero,
dejad el balcón abierto!
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