La sextorsión, o extorsión sexual, es uno de los crímenes que más se ha popularizado en los últimos años tras la llegada de las redes sociales. Se produce cuando alguien en Internet amenaza con divulgar fotos o vídeos íntimos de una víctima para obtener un beneficio económico. La sextorsión es una forma de extorsión y también puede llamarse chantaje. Aunque un sextorsionador puede ser una persona que conoce a la víctima, es más típico que esta persona sea alguien anónimo en línea. El sextorsionador suele hacerse amigo de la víctima en una red social o en una aplicación de citas, haciéndole preguntas personales sobre su familia, carrera, información de contacto y otras cuentas en redes sociales. Una vez que el sextorsionador tiene un repertorio de información, amenaza con divulgar fotos o vídeos privados e íntimos de la víctima a su familia y a su empleador si ésta no le envía un pago cuantioso.

¿Cómo reconocer la sextorsión? Algunos ejemplos de este chantaje es cuando una víctima envía una foto desnuda a una persona que conoce en una aplicación de citas como Tinder o Grindr y esa persona amenaza con publicar la foto si la víctima no le paga dinero; cuando un sextorsionador piratea la webcam de una víctima mientras está en un sitio pornográfico y la graba; cuando un sextorsionador piratea el sistema de almacenamiento en la nube, o una app de la víctima y amenaza con publicar contenido íntimo, o cuando una persona que tiene o ha tenido una relación íntima con una víctima amenaza con divulgar sus imágenes privadas, lo que también se conoce como pornografía vengativa. Los sextorsionistas son maestros de la manipulación que emplean una amplia variedad de tácticas destinadas a embaucar a las víctimas, y suele suceder más comúnmente de lo que pensamos. ¿Te ha pasado a ti o a alguien que conoces? ¿Quieres saber qué hacer si llega a sucederte? a continuación, te damos 5 tips a seguir en caso de ser víctima de sextorsión.

1. Cuéntale a alguien de confianza y asegura tu información personal en Internet

No te dejes llevar por el pánico. En su lugar, busca el apoyo de un amigo o familiar de confianza y cuéntale lo sucedido. Otro paso importante es cambiar las contraseñas de tus redes sociales y aplicaciones, y revisar la configuración de privacidad y seguridad de tus cuentas. Si es posible, notifica lo sucedido a la plataforma de redes sociales correspondiente. Puedes encontrar enlaces útiles sobre cómo denunciar abusos a plataformas de redes sociales en sus páginas web.

2. Deja de comunicarte con el sextorsionador

Tal vez lo más importante sea que nunca confíes en nada de lo que te diga un sextorsionista y detengas inmediatamente toda comunicación con él. En cualquier correspondencia que mantengas con esta persona, no hagas clic en los enlaces que te envíen (aunque afirmen tener material tuyo) y nunca accedas a hacer nada. Si sigues proporcionándole lo que te pide, lo más probable es que el agresor siga chantajeándote.

3. Reúne toda la documentación posible

La documentación en el chantaje de sextorsión incluye guardar capturas de pantalla de absolutamente toda la correspondencia con el agresor. Aunque te sientas obligado a borrar conversaciones que te resulten embarazosas, es fundamental que no lo hagas. Además, asegúrate de anotar cualquier información personal sobre el agresor que puedas obtener de los perfiles que utiliza, como el nombre de usuario, el correo electrónico o el número de teléfono. La recopilación de estas pruebas es esencial para demostrar el intento de explotación del agresor en caso de que puedas presentar cargos.

4. Contacta a las autoridades y denuncia

El chantaje y la extorsión son delitos muy graves. Ten en cuenta que la mayoría de los agresores quieren evitar llamar la atención y probablemente no publicarán el material con el que te amenazan. En algunos casos, puede que ni siquiera tengan material. Su misión no suele ser publicar nada, sino abusar de ti para que le de lo que quiere. Aún así, debes contactar a las autoridades inmediatamente y poner una denuncia al respecto. Nunca dejes de hacer esto.

5. Sé amable contigo mismo

Independientemente de las circunstancias o de lo que nuestra cultura saturada de porno considere normal, la explotación de otro ser humano nunca es aceptable, ya sean imágenes “reales” o creadas digitalmente. El hecho de que esto te haya pasado es solo culpa de la persona que quiso extorsionarte, así que no te sumerjas en una espiral de culpa o vergüenza. Consulta a un profesional de la salud mental para que te preste apoyo en ese momento tan difícil, y recuerda que ser amable contigo mismo es primordial.

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